Yaiza se mueven con una sensualidad natural que conquista sin esfuerzo a sus 24 años. Su cabello cae sobre una piel blanca que invita al roce; sus labios carnosos y su mirada dulce pero traviesa desarman a cualquiera. Tiene un cuerpo armónico, firme y femenino, con un pecho generoso y una cintura que se pierde en unas piernas largas y torneadas. Pero más allá de su belleza física, Yaiza enamora por su actitud: cercana, simpática y con un magnetismo que te hace sentir cómodo y deseado al mismo tiempo. En el masaje, combina ternura y deseo con un arte exquisito, logrando que cada encuentro sea una experiencia íntima, cálida y tremendamente excitante. Una mujer que deja huella… y ganas de volver.